Cáritas cuenta con 68 empresas de la economía solidaria, que recuperan 44.000 toneladas de ropa al año y la venden en sus 140 tiendas
El simple gesto de llevar a una iglesia la ropa que ya no utilizamos pone en funcionamiento la máquina de Moda Re-, una de las 68 empresas de la economía solidaria de Cáritas Española, que recoge y recicla ropa usada. Como tal mueve 44.000 toneladas de textil, lo que la convierte en uno de los mayores operadores del negocio en el sur de Europa. Esta iniciativa trata la ropa en buen estado, que vuelve al circuito de venta en sus más de 140 tiendas, y recicla para hiladores. Una línea de negocio, la del hilo, “en la que somos pioneros”, apunta su gerente Manuel León. El directivo estima que, con la Ley 7/2022 de Residuos y Suelos Contaminados para una Economía Circular, “a partir de 2026 se va a disparar su facturación porque Europa ha entendido que el residuo bien tratado es materia prima nueva”.
Según la web de la patronal FER del sector de la recuperación y el reciclaje, en España se generan cada año 900.000 toneladas de residuos textiles, de las que 782.000 acaban en vertederos y 108.296 son recogidas. De estas últimas, la cooperativa Moda Re- acumula el 40% a través de los más de 8.000 contenedores de que dispone para volcarlas en sus cuatro plantas de clasificación, almacenaje y tratamiento distribuidas en Madrid, Barcelona, Valencia y Bilbao. “Está en proyecto abrir una quinta planta en Galicia”, adelanta Mariluz Ferro, coordinadora de Koopera Cáritas, otra empresa de inserción de la cooperativa.
Se gestiona así todo el proceso de la ropa usada: recoger, reutilizar, reciclar, donar y vender, que genera 1.400 empleos. De ellos, el 55% están ocupados por personas en situación de vulnerabilidad como Tarik Benzari, marroquí de 62 años, que trabaja en la planta de Valencia. Allí clasifica con la tecnología Fibersort (facilitada por Inditex) prendas y productos terminados por composición de fibra. Igualmente, Dawda Jassey, de 22 años y procedente de Gambia, recoge la ropa de los contenedores para descargarla. También repone en tienda. Ambos forman parte del programa de empleo de Cáritas por el que pasaron 68.065 personas y más de 13.000 obtuvieron un puesto de trabajo en 2023, según el informe anual de Economía solidaria de la confederación.
“Aquí me han enseñado a ser valiente y tener paciencia. He aprendido a trabajar en equipo y con diferentes nacionalidades”, apunta. Cuando complete su formación, Jassey espera encontrar empleo “como educador social para ayudar a otros migrantes”. También la salvadoreña Karla González se prepara para trabajar en el sector textil: “Nos dan herramientas y conocimiento para creer de nuevo en nosotros, activar habilidades y conocer las diferentes áreas del sector”, dice.
Inversión récord
La economía social representa en España el 10% del PIB. Cáritas Española, una de sus grandes impulsoras, ha invertido en todas sus iniciativas (programas de empleo, empresas de inserción y comercio justo) “una cifra récord” de 136,8 millones de euros en 2023, un 16,4% superior al ejercicio anterior. Cuenta con 68 empresas sociales y 265 líneas de negocio en sectores como reciclaje textil, gestión ambiental y de residuos, limpieza, transporte, mensajería y restauración. Un monto por el que factura 85,8 millones de euros y por el que genera 3.141 puestos de trabajo, de los que 2.348 fueron ocupados por personas en situación de exclusión.
De esta inversión, Cáritas destina 35,3 millones de euros a itinerarios de inserción sociolaboral que incluyen formación, orientación laboral e intermediación con empresas. “Una de cada cinco personas logran reinsertarse en el mercado laboral”, señala Ana Heras, coordinadora del equipo de Economía Solidaria de Cáritas. En estos programas de empleo los trabajadores pueden permanecer hasta tres años para obtener capacitación, tanto para trabajar en una planta industrial como en el sector textil y logístico. “Desde los servicios de intermediación laboral se les acompaña para elaborar su currículo, afrontar entrevistas de trabajo y buscar ofertas de empleo”, añade.
“Trabajamos con ellos una atención integral individualizada y con una metodología práctica que acelere y facilite el aprendizaje y les ayude a superar dificultades que les alejan del mercado laboral”, continúa Heras. Otro de los focos de empleo donde encuentran un puesto de trabajo estas personas es en las acciones de comercio justo, la red que comercializa los productos que vuelven al mercado. Esta iniciativa, en la que Cáritas invierte 600.000 euros anuales, cuenta con 18 tiendas y 62 puntos de venta repartidos por España. “Estos espacios visibilizan a las personas y procesos que hay detrás de cada producto y contribuyen a fomentar un consumo responsable”, apunta la coordinadora de la entidad.
Es el caso de Natalia Khomyn, que salió de Ucrania con sus dos hijas y ya ha logrado un puesto de trabajo indefinido en una de las tiendas de Moda Re- en Valencia. “Ante la dificultad de homologar mis estudios en España por la guerra, he realizado diferentes cursos con Cáritas que me han permitido en poco tiempo hablar español y formarme en venta y atención al cliente”, destaca Khomyn. Su recomendación para conseguir un empleo pasa por “trabajar con espíritu de autónomo”. Y lo explica: “Levantar la persiana cada mañana como si el negocio fuera tuyo. Tener la capacidad de innovar para hacerlo más eficiente y productivo y observar y analizar al consumidor para adaptarse a cada necesidad”.